Las celebraciones de fin de año son una invitación a compartir
momentos memorables. Ya sea en cenas íntimas, encuentros familiares o brindis
sofisticados, cada momento cobra mayor significado cuando se acompaña de
rituales rituales
cuidadosamente diseñados. En ese contexto, el whisky ha encontrado un lugar
privilegiado: no sólo como trago de cierre o sobremesa, sino como protagonista
de la mesa.
Lejos de los estereotipos que lo limitaban a copas solitarias, hoy el whisky acompaña platos principales, entradas, postres e incluso aperitivos, dialogando con sabores tradicionales, locales y contemporáneos.
“Cada
expresión de The Macallan es una obra maestra líquida, con carácter y legado.
Maridar estas historias con los sabores de la temporada es rendir homenaje a la
artesanía y la innovación”, señala Ramón Cardona, Brand Ambassador de
The Macallan para Colombia.
Cardona recomienda explorar el maridaje del whisky con preparaciones típicas de la temporada decembrina en el país, desde cenas formales hasta momentos más relajados, siempre con un enfoque artesanal y de valor para el producto.
Para platos principales como el pernil de cerdo al horno, o cortes
asados con especias, ideal para acompañar con The Macallan A Night on
Earth (Jerez), una expresión cálida, con notas de frutos secos, madera y
especias dulces, que potencia los sabores intensos y caramelizados de este tipo
de preparaciones.
Si la cena incluye aves como el pavo, guisos con salsas cremosas o
vegetales asados, The Macallan Classic Cut 2023 ofrece un perfil
vibrante y estructurado, ideal para armonizar con platos ricos en textura y
capas de sabor.
Para quienes prefieren pescados, mariscos o entradas ligeras con
salsas suaves, Cardona sugiere optar por The Macallan Harmony Collection:
Amber Meadow, una expresión más delicada, con notas frutales y florales que
respetan los sabores del plato sin opacarlos.
En la hora del postre, The Macallan se convierte en un verdadero hito.
Con preparaciones como natilla artesanal, dulces de navidad o chocolates
oscuros, The Macallan Sherry Oak 25 o 30 años (madurados en barricas
de jerez) revelan su complejidad: notas profundas de frutos secos, cacao, cuero
y roble fino. “Estas expresiones no solo acompañan el cierre de la cena. Son
una forma de marcar un momento especial, un brindis íntimo, un instante que se
quiere recordar”, afirma Cardona.
Más
allá del maridaje, The Macallan se disfruta también en cócteles clásicos y de
autor, ideales para quienes buscan experiencias contemporáneas sin perder la
esencia del destilado. Durante las fiestas, preparaciones como un Whisky
Sour bien balanceado, un Rob Roy reinterpretado, o incluso un Boulevardier con
carácter, pueden ofrecer experiencias sorprendentes, sin perder la esencia del
destilado.
“El whisky no necesita complicarse. Solo necesita respeto por su carácter. Y cuando se integra con criterio en una experiencia gastronómica o de celebración, se transforma en algo memorable”, concluye Cardona.
Esta temporada, The Macallan invita a celebrar con intención a
redescubrir el whisky no como un gesto solitario, sino como un acompañante
sutil, elegante y profundo en los rituales que marcan el fin de un año y el
comienzo de otro.











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