El debut cinematográfico de
Destry Allyn Spielberg, hija del aclamado director Steven Spielberg, llega a
las salas de cine del país este 27 de noviembre en No alimentes a
los niños, una propuesta visual intensa y emocionalmente poderosa que
marca su irrupción en la gran pantalla. Spielberg dirige con una mirada que
privilegia la complejidad humana, evitando el sensacionalismo y construyendo
tensión desde lo emocional más que desde lo sobrenatural.
Su ópera prima que mezcla en partes iguales el thriller psicológico, el horror
y el drama, sigue a un grupo de huérfanos que cruza un país devastado por un
virus que arrasó con la población adulta. En ese recorrido hacia el sur, los
niños avanzan detrás del rumor de un lugar seguro, encontrándose con peligros
que nacen tanto del entorno como de los secretos que guarda cada sobreviviente.
Un mundo que se desmorona
Tras un brote viral que eliminó a la mayoría de los adultos y convirtió a los
infectados en una amenaza mortal para los niños, Mary emprende un viaje hacia
Belice, un sitio del que se dice ofrece refugio. Ese trayecto revela un paisaje
marcado por el abandono y el miedo, filmado con una estética realista que
subraya la fragilidad de sus protagonistas.
El camino la lleva hasta una granja aislada donde una mujer llamada Clara les
ofrece ayuda. Lo que en un inicio parece alivio se transforma pronto en una
atmósfera inquietante: la casa, los silencios y los comportamientos de su
anfitriona construyen un clima donde cada gesto puede significar supervivencia
o peligro.
Un debut que mira al horror desde la emoción
Spielberg concibe su película como un cuento de hadas oscuro para tiempos convulsionados, explorando la psicología del duelo y las relaciones fracturadas. La tensión surge de la vulnerabilidad de los personajes y de la amenaza constante que los rodea, en una puesta en escena que privilegia la creación de atmósferas por encima de los sobresaltos.
En el centro de la historia está Zoe Colletti, quien interpreta a Mary, una joven marcada por la pérdida cuya determinación impulsa esta aterradora historia. A su lado, Michelle Dockery (Downton Abbey), quien coprotagoniza la cinta en el papel de la casera, Clara, aporta densidad con su siniestro papel, y Giancarlo Esposito (Breaking Bad) imprime autoridad y un peso dramático decisivo para el tono oscuro del filme.
Dockery y Colletti sostienen el corazón dramático del relato: Mary encarna la resistencia ante un mundo que la ha dejado sola, mientras que Clara se mueve entre el dolor y la perturbación. Ese contraste define el pulso emocional de la cinta. Esposito, por su parte, introduce una dimensión que equilibra firmeza y humanidad.
Una película que conquista por su atmósfera
La mirada de Spielberg combina realismo y tensión psicológica en un estilo visual que enfatiza la crudeza emocional y los vínculos marcados por el trauma. Su trabajo con actores jóvenes y su aproximación al horror desde lo íntimo revelan una sensibilidad particular para narrar desde la fragilidad.
No alimentes a los niños observa la infancia desde la resistencia y el miedo, utilizando el género para explorar la pérdida, la incertidumbre y la necesidad de pertenencia. Un debut que anuncia el surgimiento de una voz autoral con fuerza, sensibilidad y una clara identidad narrativa.
Sinopsis
La película transporta al espectador a un mundo devastado por un virus que
eliminó a la mayoría de los adultos. En medio del caos, un grupo de niños
huérfanos inicia un viaje hacia el sur, sin imaginar que en su camino
encontrarán a una mujer psicópata que esconde un secreto.

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