Carmela Melguizo y Carmelo Meloso, protagonistas de esta obra, escarban los álbumes familiares para hacer una reflexión en tono de humor que sigue las huellas de nuestra identidad, las peripecias de un pueblo que en su afán de ascender hace lo imposible por subir de estrato, tener estatus, por pasar de lo mañé a lo caché, para que no se note la pobreza ni la montañerada.
En Clase mela se hojean las fotos del bautizo y la primera comunión, los grados, el matrimonio y demás efemérides en la que todo el mundo se endeudó para encachacarse, para estrenar aunque fuera al fiado, para parecer más joven, más rico, más esbelto.
En este recorrido por la ambición sonreímos para la foto tratando de aparentar, subir, escalar, conseguir pasaporte de extranjería para soñar con una riqueza que logre espantar el fantasma de la miseria.
La obra es una selfie de la ilusión de no parecer de clase media sino de clase mela. A lo mejor un día nos suena la flauta y logramos vivir en un estado de navegación sin tormentas. Lo demás es ganancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario