En un suburbio entre Tel Aviv y Jerusalem sucede la trama de esta película israelí que se estrena hoy en Colombia. Su título, Detrás de las colinas, se refiere a que más allá de las colinas, cercanas al edificio donde vive la familia protagonista de esta historia se encuentra un asentamiento palestino, una presencia que se convierte en una metáfora de una tensión política que se extiende por todo el país.
El padre vuelve a casa después de más de dos decadas de trabajo en las fuerzas armadas; él ansía volver a un hogar caluroso, donde las conversaciones sean el orden del día. Pero se encuentra con que su esposa e hijos están más interesados en chatear y navegar en internet en sus teléfonos que en hablar con él a la hora de la cena.
Su esposa, maestra de escuela, no siente una conexión con él. Su hija siente culpa por los privilegios que tiene por ser una ciudadana israelí y por eso protesta por la situación de los palestinos. Mientras todo eso, su hijo, es un ser ansioso y violento. Él padre, por consecuencia, se siente un fracasado y recurre a vender suplementos alimenticios como única opción.
Esta es una película crítica y poco complaciente con el gobierno israelí. A pesar de nativo de este país, su director y guionista, Eran Kolirin, a pesar de ser nativo de este país plasma en escenas rutinarias (como una evacuación de un colegio), la carga con la que viven sus habitantes, pues al hacerlo cada niños y joven debe portar una máscara anti gases. También muestra como ir a una huelga en contra el establecimiento puede implicar ser tildado de terrorista.
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