ABRAHAM LINCOLN: CAZADOR DE VAMPIROS explora la vida
secreta de nuestro decimosexto presidente, y la historia no contada que forjó
nuestra nación. Los visionarios realizadores Tim Burton y Timur Bekmambetov
(director de “Wanted”) presentan una voz fresca a la sanguinaria tradición de
los vampiros, al imaginarse a Lincoln como el más grande cazador de muertos
vivientes de la historia.
Abraham Lincoln. Cazador de Vampiros. Las mismísimas
palabras evocan una inesperada yuxtaposición, por no decir absolutamente
extraña. Pero es una idea para la cual se han comprometido totalmente los
realizadores. La obra que presentan ambos es un retrato del hombre y líder que
todos hemos estudiado y de los eventos decisivos que lo definieron a él y a
nuestra nación —entretejidos con una historia de vampiros y una acción
envolvente y visceral.
De manera simultánea, ABRAHAM LINCOLN: CAZADOR DE
VAMPIROS muestra al decimosexto presidente como el primer superhéroe del país.
El productor Tim Burton señala: “Toda la vida de Lincoln refleja la clásica
mitología de las tiras cómicas de superhéroes. Es una dualidad: durante el día,
es presidente de los Estados Unidos; por las noches, cazador de vampiros”.
Esa dualidad es la esencia del Lincoln que conocemos en
la película. “Fue ordinario y extraordinario al mismo tiempo”, comenta el
director Timur Bekmambetov. El guionista Seth Grahame-Smith, quien adaptó su best-seller homónimo, añade: “La
historia de la vida de Lincoln es la historia de origen de cualquier superhéroe
arquetípico. Es lo más cercano a un superhéroe que este país jamás haya visto.
Olvídate de los vampiros. Lincoln no tenía ni familia, ni nombre, ni dinero. Su
madre murió cuando era un adolescente. De hecho, todo aquel a quien quería,
había muerto. Sin educación, y armado con tan sólo su mente, se convirtió en
presidente y salvó a un país”.
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